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Manejo de Conflictos 

Manejo de Conflictos 

Gracias al conflicto aprendemos a desarrollar habilidades necesarias para nuestro crecimiento personal.

Manejo de Conflictos 

Es inevitable que el conflicto forme parte de nuestras vidas. Gracias al conflicto aprendemos a desarrollar habilidades necesarias para nuestro crecimiento personal. El problema surge cuando el nivel de conflicto es tan elevado que perjudica el desarrollo óptimo del adolescente tanto a nivel psicológico como emocional. 

Los adolescentes con menos habilidades sociales para relacionarse con los demás y gestionar sus emociones suelen tener dificultades para aprender técnicas que les ayuden a resolver conflictos. Trabajar la regulación emocional y las distorsiones de pensamiento en los adolescentes a través de la inteligencia emocional y emocional son factores que favorecen el desarrollo de habilidades sociales, tolerancia a la frustración y la solución de conflictos. 

Estos son algunos tips para favorecer la inteligencia emocional 

  • Favorecer que el adolescente sea más empático. Que entienda como se sentiría él en la misma situación que el otro. 
  • Adoptar diferentes puntos de vista para aprender a tomar decisiones anticipando las consecuencias tanto a corto plazo como a largo plazo. 
  • Enseñarle a asumir las consecuencias de sus decisiones. 
  • Jerarquizar los conflictos que presenta, de esta manera puede darse cuenta en qué solución debe enfocarse primero y no sentirse agobiado. 
  • Ejercicios de Mindfulness, respiración y autoreflexión son de gran apoyo para evitar una respuesta de manera impulsiva. 

Cambiar la forma de dirigirnos a nuestros hijos y aprender a escucharles activamente es clave para fortalecer la relación y superar los conflictos. Como padres modelamos la s formas comportamentales de nuestros hijos, es por ello que aprender a escuchar a los adolescentes nos da la clave para entender qué es lo que realmente desean comunicar. 

 De ahí la importancia de ser conscientes del alcance de nuestras palabras y gestos y de mejorar nuestra comunicación. 

Escucha a tus hijos y analiza ¿Quién tiene el problema? Si es nuestro hijo o hija quien necesita apoyo y comprensión, tratemos de dársela a él primero antes de expresar nuestro punto de vista. Eso evitará que se ponga a la defensiva. 

 Trate de no posponer las conversaciones. Si nos ven receptivos en su día a día se acercarán a nosotros con mayor confianza. 

No niegue sus emociones “no tienes motivos para sentirte así” cámbialo por frases que reflejen su comportamiento “Te veo triste”, “Tienes la voz cansada” o “Sólo tú sabes por lo que estás pasando”. 

Recuerda que las habilidades sociales se entrenan y como todo entrenamiento requieren tiempo, constancia y disciplina.